El Consejo Profesional de Ingeniería de Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC) volvió a manifestar su preocupación sobre el estado en que se encuentra el espectro de 3.5 GHz que el Gobierno nacional quiere licitar para avanzar hacia 5G. Sostuvo que urge conocer en qué estado se encuentran esas bandas para que el proceso que prometió encarar el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) llegue a buen puerto, y no se repitan historias pasadas como lo sucedido con la licitación de 4G, allá por 2014.
“En el caso de 5G tenemos una gran preocupación: quien conoce un poco la historia sabe que la banda de 3.5 GHz es la que está previsto licitar y ha atravesado distintas etapas y asignada a distintos servicios, y el Estado en general, a lo largo de los años, ha descuidado su administración. Muchas de esas frecuencias siguen siendo utilizadas y no se ha hecho un despeje adecuado, de manera tal que si se licita, el destinatario pueda utilizarlas correctamente”, aseguró Miguel Ángel Pesado, presidente del COPITEC, en el marco del encuentro NPlay, organizado por Convergencia en la ciudad de Córdoba.
“Creemos que, previo a realizar una licitación, se haga un monitoreo del espectro que permita ver qué grado de ocupación tienen esas bandas, qué estaciones están ocupando, y si está lo suficientemente limpio como para poder ser utilizado en los términos y plazos que fije la futura licitación”, agregó, durante su exposición en el panel Política y regulación TIC: subasta 5G, limpieza del espectro, habilitaciones municipales, Economía del Conocimiento e Inteligencia Artificial.
Aseguró que la preocupación que viene manifestando el COPITEC desde el año pasado, tiene que ver con la necesidad de que el proceso se encare de la mejor forma posible. “Me parece que no hay una prueba fehaciente y no se sabe el grado de ocupación que tienen esas bandas que se pretenden licitar, ni en las grandes ciudades ni en las localidades alejadas de las grandes ciudades. No se sabe cómo está ocupado el espectro”, sentenció.
“El Estado debería realizar en un plazo de seis meses un monitoreo para saber en qué grado de ocupación real están”, propuso, y advirtió que “de no hacerlo, pueden haber grandes implicancias porque un destinatario podría encontrar que ese espectro está ocupado, y eso generará un problema no sólo legal sino técnico que va a requerir que haya una limpieza previa y que las bandas no sean utilizadas como está previsto”.