¿Por qué matricularse?

Porque todo profesional universitario y técnico al recibirse adquiere el derecho irrenunciable de ejercer su profesión, sino también la obligación de cumplir con la responsabilidad que su título le confiere en función de lo que su actuación profesional implica para la sociedad, para lo cual se le exige el cumplimiento de las normativas vigentes como es el caso de la matriculación obligatoria, ya se trate de la realización de tareas en carácter de profesional independiente o en relación de dependencia.

Para responder al compromiso de actuar en beneficio de los intereses de la comunidad, que contribuyó a su formación profesional, que delega el juzgamiento del comportamiento ético en sus propios profesionales a través de la  regulación  y control de su actividad.

Para acreditar su capacitación, habilitación y competencia profesional para encarar una tarea determinada.

 Para acreditar una matrícula habilitante para actuar en el campo profesional, participando ilimitadamente en el usufructo profesional de los beneficios de la era de la información y de la infraestructura global de las telecomunicaciones.

Para ejercer la profesión en un marco jerarquizado, donde la firma del matriculado tenga el valor jurídico de un colaborador técnico del Estado Nacional en conjunción con los intereses de los licenciatarios y permisionarios.

Para contar con mecanismos de respaldo y asesoramiento profesional.

Para disponer de un respaldo institucional sólido y prestigioso en todo el país.

Para participar de la elaboración de proyectos de ley que propugnen una ostensible mejora del desenvolvimiento del matriculado ante la sociedad.

Para disponer de un acervo profesional que le permita comprobar la experiencia y capacidad desarrollada a través de su carrera profesional.

Más allá de la obligación de cumplimentar las disposiciones legales vigentes, la matriculación sirve al profesional para vincularse con sus pares, intercambiar conocimientos técnicos y de procedimientos para actuar ante diferentes organismos nacionales o municipales, analizar y discutir desde el aspecto técnico las leyes que regulan el ejercicio de su profesión con el objeto de propiciar un ámbito de actuación acorde con sus expectativas, contar con una serie de cursos de actualización y capacitación profesional en diferentes campos de su incumbencia, así como disponer de los servicios adicionales gratuitos como firma electrónica y acervo profesional que brinda el Consejo, así como una gama de beneficios relacionados con prestaciones en el ámbito de la salud y la recreación.

 La habilitación para el ejercicio profesional se efectúa mediante la inscripción del profesional en la matrícula del Consejo Profesional que corresponda de acuerdo con la especialidad otorgada por su título.

Resumiendo la matrícula profesional, es un requisito indispensable para ejercer la profesión, es la forma de documentar, respaldar, acreditar o legitimar el desempeño profesional, garantizando ante la comunidad su formación y capacidad para el ejercicio profesional.

La matrícula legitima la responsabilidad social de los profesionales, le establece reglas y obligaciones éticas a cumplir y a su vez, actúa como una garantía a nivel social, ya que quien sea usuario del servicio de un profesional matriculado tendrá la seguridad de estar trabajando con un profesional académicamente formado y jurídicamente habilitado. La matrícula cumple la función de identificar de manera única e irrepetible a cada profesional frente a la sociedad y le garantiza a las y los usuarios de sus servicios un ejercicio respaldado por una institución contralor del ejercicio profesional y la seguridad de que dicho profesional cuenta con el conocimiento adquirido para ejercer.