La Inteligencia Artificial (IA) es una ciencia que estudia y desarrolla sistemas de computación cuyas características se asocian con la inteligencia en el comportamiento humano mediante la comprensión del lenguaje, el aprendizaje, el razonamiento y la resolución de problemas. Se trata, básicamente, de la gestión de información y datos en un nivel superior de procesamiento y a través de procedimientos de automatización que impactan en los modos productivos, la generación de conocimiento y las prácticas sociales.

El impacto que promete esta tecnología es tal que es tema de discusión en los gobiernos de los países del mundo, incluida la Argentina, a tal punto que el Consejo Económico y Social impulsa la creación de un centro para la promoción de la inteligencia artificial en el país.

El Consejo Profesional de Ingeniería de las Telecomunicaciones, Electrónica y Computación (COPITEC) viene trabajando desde hace años en esta discusión, razón por la que se creó la Comisión de Inteligencia Artificial desde la que se promueve la investigación uso y capacitación de estas tecnologías. Integrada por profesionales de renombre y activos en una o ambas disciplinas, entre sus objetivos se busca:

  • Dar a conocer las posibilidades de fortalecimiento de las políticas públicas a partir de la utilización de la IA en diversas disciplinas.
  • Proponer la incorporación temprana de esta disciplina en la educación primaria y secundaria.
  • Articular con el sistema universitario planes de capacitación continua para empresas e instituciones públicas y privadas.
  • Conocer el valor de los datos y fuentes de información para la generación de secuencias de automatización que permitan analizar áreas problemáticas en profundidad, para aportar valor en la generación de soluciones innovadoras.
  • Comprender y aportar nuestra visión a los marcos jurídicos y éticos válidos, con el fin de cuidar los datos personales y las acciones de los sistemas de Inteligencia Artificial sobre la sociedad.
  • Asistir y desarrollar proyectos explorando datos, construyendo y validando modelos predictivos, e implementando modelos para generar diseños que mejoren las políticas públicas o de gestión en las organizaciones públicas y privadas.
  • Promover el pensamiento crítico, mediante un encuentro anual de especialistas en el tema, que mantenga en agenda su importancia para la mejora de la vida cotidiana de la sociedad.

Estos ejes fueron definidos a partir de la consideración de que la IA promueve la solución de problemas y la toma de decisiones mediante programas inteligentes utilizando algoritmos de aprendizaje autónomos. Tales desarrollos tecnológicos no son neutrales ni suponen una distribución o un acceso equitativo a sus beneficios. Su manejo está estrechamente relacionado con las infraestructuras de conectividad y los contenidos, incluyendo los datos personales. Es función de la política pública la construcción de adecuados marcos de desarrollo con vistas a que la potencialidad transformadora de la tecnología beneficie a la sociedad, estimule el desarrollo sostenible de la economía y mejore el acceso equitativo de la población a los bienes y servicios en su conjunto.

Las aplicaciones de la IA abarcan desde la minería de datos y su análisis hasta la automatización de procesos pasando por las telecomunicaciones tal como sucede con los desarrollos de la futura red celular de sexta generación (6G), es decir, permiten generar “máquinas que aprenden” y simplifican el trabajo del ser humano.

Esta poderosa herramienta nos permite la resolución de problemas específicos como redes neuronales basadas en arreglos lógicos programables, mapeo y localización simultánea para robótica móvil, aplicaciones de control difuso para sistemas multi objetivos, visión robótica, control asistido por visión, etc.

Es interesante citar aquí unos párrafos del LIBRO BLANCO sobre la inteligencia artificial – un enfoque europeo orientado a la excelencia y la confianza: “El crecimiento económico sostenible y el bienestar social presentes y futuros de Europa se valen cada vez más de los valores creados por los datos. La inteligencia artificial es una de las partes más importantes de la economía de los datos. Hoy en día, la mayor parte de los datos son relativos a los consumidores y se almacenan y tratan en infraestructuras ubicadas en nubes centralizadas. Frente a esto, una enorme proporción de los datos del futuro, que serán mucho más abundantes, procederá de la industria, las empresas y el sector público, y se almacenará en diversos sistemas, entre los que destacan los dispositivos informáticos que operan en el borde de la red.

Como se ve se pone a la IA como motor tecnológico, de crecimiento económico, social y enfocado al bienestar del ser humano. Y sigue diciendo: “En otras palabras, la inteligencia artificial es una combinación de tecnologías que agrupa datos, algoritmos y capacidad informática. Los avances en computación y la creciente disponibilidad de datos son, por tanto, un motor fundamental en el pronunciado crecimiento actual de la inteligencia artificial”.

Interesante es el enfoque de misma autoría que la centra en tres ejes fundamentales: los ciudadanos, las empresas y los servicios de interés público; bien podría hacerse un parangón con el triángulo de Sábato asimilando cada uno de sus vértices a la descripción del libro antes mencionado:

  • “a los ciudadanos, para que obtengan nuevos beneficios, como una mejor atención sanitaria, una menor cantidad de averías de los aparatos domésticos, unos sistemas de transporte más seguros y limpios, o mejores servicios públicos;
  • al desarrollo empresarial, por ejemplo, mediante una nueva generación de productos y de servicios en áreas en las que Europa es particularmente fuerte (maquinaria, transporte, ciberseguridad, agricultura, economía verde y circular, atención sanitaria y sectores de gran valor añadido, como la moda y el turismo)
  • y a los servicios de interés público, por ejemplo mediante una reducción de los costes de la prestación de servicios (transporte, educación, energía y gestión de los residuos), una mayor sostenibilidad de los productos, o proporcionando a los servicios y fuerzas de seguridad las herramientas adecuadas para que aseguren la protección de los ciudadanos, garantizando correctamente el respeto de sus derechos y libertades.”

Como figura en diferentes documentos oficiales “…la Inteligencia Artificial es un factor crítico y constituye el principal reto que deberán abordar los países de América Latina en los próximos años….”

De igual manera la robótica se aplica a diferentes campos de tecnología, como medicina, industria, minería, prospección geológica, exploración espacial, entre otros. Juega un papel fundamental en las tecnologías de hoy permitiendo al ser humano realizar trabajos riesgosos o pesados y diferentes proezas poco alcanzables hasta ahora.

No cabe duda que la IA y la robótica no son instrumentos meramente tecnológicos sino que trascienden llegando a impactar en la vida del ser humano, es un enfoque social que atraviesa a los actores de un país: sociedad, gobierno, empresas y, por supuesto, academia.